martes, 19 de abril de 2011

TA1 PREGUNTA 2: Dos ejemplos de Áreas grises que pueden presentarse ante las empresas en relación con los trabajadores baratos.

  1. En el Perú, la jornada laboral, establecida, en cómo máximo 48 horas semanales, no es respetada por muchas de las empresas, ya sean formales o informales. Además, de remunerar un sueldo básico, algunas veces, a muchos se les exige trabajar más de las horas pactadas por ley, con el pretexto de que la oferta de mano de obra abunda, obligando a las personas a cumplir con esta imposición. Incluso, muchas empresas prefieren ahorrarse la inversión en nueva tecnología si es que esta sólo va a lograr disminuir el tiempo de trabajo, con lo que se cumplirían las 48 horas semanales estipuladas por trabajador, por lo que deciden quedarse con la maquinaria con la que cuentan y seguir explotando a sus trabajadores con horas extras remunerándoles lo mismo. Expuesta esta situación, las empresas que saben que no están obligadas en pagar horas extras, a menos que estas pasen las 48 horas semanales, no deberían buscar explotar al máximo ese tiempo, es decir, explotar al máximo al trabajador, quien no va a rendir de la mejor manera por no tener las adecuadas condiciones laborales. No es necesario que los trabajadores laboren ese máximo de horas en una empresa para que esta sea lo más productiva y rentable posible, por el contrario, sólo si se establecen políticas de un correcto trato al trabajador este va a rendir lo necesario. En conclusión, las empresas deben buscar brindar un buen ambiente laboral y no explotar a sus trabajadores a un bajo costo.
  2. La realidad peruana muestra que no existe voluntad política de mejorar las condiciones laborales, a pesar del crecimiento económico que ha presentado el país en estos años. Un claro ejemplo de esto son los trabajadores que trabajan para empresas que se dedican a la actividad exportadora, ya que el régimen laboral los hace parte de una política en la que sus salarios y sus derechos laborales se ven reducidos a favor de la competitividad de la empresa. Este régimen debió ser temporal; sin embrago, las empresas del rubro lo han tomado como algo permanente, por lo que sus trabajadores terminan recibiendo sueldos por debajo del promedio y son encasillados como “cholos baratos”. En este contexto, se hace evidente que las organizaciones prefieren aprovecharse del carácter de permanencia que ha adquirido este régimen y no buscan ir más allá de la ley con el fin de brindar lo justo a sus trabajadores, en temas de remuneraciones, compensaciones y derechos que gozan los servidores de otros sectores.


    Dajane Díaz

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